tú ibas con él, yo iba con ella, jugando a ser felices, por desesperados, por no aguardar los sueños, por miedo a quedar solos. pero llegamos tarde, te vi, me viste, nos reconocimos enseguida pero tarde.
qué ganas de huir, de no verte ni la sombra, de pensar que ésto fue un sueño o una pesadilla, que nunca apareciste, que nunca has existido. qué ganas de tocarte, qué ganas de rozarte, de coincidir contigo y golpearte con un beso, de fugarnos para siempre sin daños a terceros.