Ayer nos volvimos a encontrar, y como no, entre las luces y el sonido de una discoteca y tú me volviste a clavar esos ojos, me los clavaste como puñales y yo no pude evitar rendirme de nuevo en tu mirada.

Con eso me conformo, con verte los sábados por la noche, mira lo estúpida que puedo llegar a ser...